La HUELLA ECOLÓGICA es la superficie necesaria, tanto terrestre como marina, para producir los alimentos y otras materias primas que requerimos.
Por ejemplo, se requieren de grandes hectáreas de suelos para destinarlos a la agricultura, otras de bosques para extraer madera y otra gran superficie para captar y almacenar el agua que hacen funcionar las hidroeléctricas para generar electricidad; así como minas para extraer el carbón y otros minerales indispensables en la industria.
Para calcular las huellas ecológicas se utilizan como unidades de medida las hectáreas (cada una de las cuales equivale a diez mil metros cuadrados), y para calcular la huella ecológica mundial se utiliza como unidad la hectárea global (esta toma en cuenta la productividad y la capacidad de absorción de los desechos del planeta como un todo).
Los países con sociedades más industrializadas tienen huellas mayores que las de los países en desarrollo; también las grandes ciudades con muchos habitantes acostumbrados a estilos de vida muy demandantes de bienes y servicios tienen huellas ecológicas mayores que los poblados rurales.