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Su tronco mide hasta 60 centímetros de diámetro en ejemplares viejos; florece a principios de verano (entre mayo y junio); sus flores son de color lavanda rosado; su fruto es una vaina globosa (de tres a seis centímetros de largo por ocho a nueve milímetros de ancho), la cual posee de una a ocho semillas (estos se producen en verano y maduran en agosto); este árbol crece en suelos arenosos y rocosos de las planicies y laderas.
Incluso, bajo la copa de Palo Fierro se concentra una gran cantidad de especies diversas de plantas, debido a que ofrece protección y las condiciones adecuadas para el crecimiento de la flora.
Por ejemplo, bajo su refrescante sombra crecen diversas especies de cactus, cuyas semillas son muy vulnerables a la desecación y a las heladas. Además, especies de animales como el berrendo sonorense, el borrego cimarrón y la cordoniz mascarilla también dependen de la sombra, las ramas y el follaje de palo fierro.
Por tal motivo, este árbol representa una especie clave en el Desierto de Sonora, y muy preciado por las comunidades indígenas del norte de México, quienes utilizan la madera de Palo Fierro para la manufactura de artesanías.
Los mayos, yaquis, pápagos y seris han utilizado tradicionalmente a palo fierro, para la elaboración de utensilios, instrumentos musicales, postes para cercas, horcones para sostener las viviendas, entre otros aspectos; mientras que sus flores son usadas para atender problemas estomacales y de los riñones; y sus semillas para la elaboración de pan, tortillas y atole.